Por Karen Luna– ¿Te gusta el yoga -o la idea del yoga-, pero no concibes cómo lograrás pararte de cabeza o cómo realizarás poses que requieren de mucha flexibilidad? ¿Te llama la atención alcanzar un estado zen, pero la meditación no es lo tuyo? ¿O simplemente buscas diversificar tu práctica de yoga? Entonces, Soul Pose es para ti.
«I got 99 problems and I’m gonna go to yoga and solve about 98 of them».
Imagina llegar a un lugar lleno de desconocidos reunidos por un mismo interés: yoga y diversión. Colores neón brillando en los yoga pants, tops y en el increíble Body Paint que decora los cuerpos de los asistentes. Desde que pones un pie adentro, el espíritu de celebración se contagia y tú también quieres formar parte de esto.
¿Cuándo fue la última vez que aceptaste decorar tu cuerpo sin importar que te vieras ridículo? Momento de sacar a tu niño interior y dejarlo desatarse porque aquí no hay lugar para penas; te rayas, dibujas y dejas que la persona junto a ti exprese su creatividad en el lienzo que es tu cuerpo.
Después de posar para un par de fotos con tu nuevo wild & free look -un momento bastante instagrameable– estás listo para ocupar tu lugar en el salón, donde la clase de yoga masiva se llevará acabo. Una sala de eventos convencional es transformada en un espacio que jamás hubieras imaginado como set para una práctica deportiva.
Oscuridad, luz neón, colores, burbujas y una increíble playlist. En tu lugar te espera un yoga mat, un highliter para decorarlo, una soul band -que alumbrará tu muñeca y tu presencia en la oscuridad-, varios goodies y una bolsa con confeti.
La clase podría compararse con una sesión normal de yoga –hatha a mi parecer-. Comienza con la breve meditación para ponerle una intención a la práctica y continúa con la realización de diferentes posturas: saludo al sol, guerreros y estiramientos.
Sin embargo, a la mitad de la clase, hay un momento en el que -a diferencia de una práctica en silencio- los asistentes son invitados a lanzar confeti y bailar al ritmo de la música como un ejercicio de liberación -que también funciona como cardio-.
Después del divertido bailar, gritar y hasta abrazar a gente que no conocías, sigues con más posturas tradicionales para concluir con la sesión que duró poco más de una hora; sesión que constituye la experiencia de yoga más original que jamás pudiste haber imaginado.
Soul Pose no es una clase de yoga avanzada, si no una forma divertida y original de introducir a aquellos que buscan iniciarse en este disciplina.
Gracias a la oscuridad es fácil desinhibirte y olvidar que tal vez no logras tocar tus pies o doblarte como todo un yogui profesional, pero eso no importa, ya que aquí no hay espejos ni miradas que te recuerden que estás a un largo camino de lograr las posturas. Eres sólo tú, tu mente y tu cuerpo.
Para los que ya conocen el yoga, este evento es una forma de alcanzar un estado zen a través de la diversión en lugar de la meditación.
Body paint, burbujas, música, luces y yoga; sí, este evento es tan divertido como suena. Una experiencia que, sin duda, vale la pena ser vivida tanto por principiantes como por yoguis avanzados.
