Por Chucho Martínez– La fotografía es una de las actividades que en la moda pueden captar la esencia de las marcas y ayudar a la narrativa de las historias. Yo siempre he pensado que esta disciplina representa la máxima expresión de la estética en esta industria y nos puede llevar a mundos fascinantes.
Basta con sólo abrir una revista de moda para ver entre sus páginas editoriales increíbles que plasman hisorias que te transportan a mundos que no imaginas, retratando de manera única la esencia de las personas o cosas.
En mis viajes de inicio de año, me dio muchísimo orgullo presentar ante directivos de importantes marcas de moda internacionales las revistas y trabajos de fotografía de moda con los que contamos en nuestro país y me dio muchísimo orgullo que compararan o se les hiciera superior a lo que se hace en las grandes capitales de la moda de América y Europa.
Para esta columna entrevisté a 3 fotógrafos orgullosamente mexicanos, muy diferentes en estilo, pero que plasman de manera relevante historias capaces de transportarnos a lugares mágicos. Ellos nos hacen vivir experiencias que antes no habíamos visto. Espero sirvan de inspiración para los que quieren dedicarse a esto en el futuro:
ANA HOP
Ana Hop es una reconocida fotógrafa, cuyo trabajo principal es capturar la esencia de las personas con luz natural a través del retrato. Conocí a Ana hace algunos años mietras los dos íbamos a Intermoda como parte de un comité chilango. Siempre la recordaré como una niña muy tímida, extremadamente guapa y con mucha personalidad, que lo primero que refleja es un gran estilo natural y un especial interés por conversar y realmente escuchar.
Ella nace en la Ciduad de México, su ciudad favorita hasta el momento; recuerda como su mamá le regaló su primera cámara a los 19 años y comenzó a usarla desarrollando una pasión sin límites. Con relevantes trabajos en ediciones de Vogue México, Harpers Bazaar, así como campañas publicitarias internacionales, confiesa que lo que más le inspira es la gente y cantidad de formas que tiene la luz natural a su alrededor.
Ana es capaz de captar la verdadera esencia de la gente, cuando ella toma un retrato logra capturar, no sólo lo que hay fuera, verdaderamente puede captar lo que el modelo es en su interior, trabajo por demás admirable; considera que la pasión es lo más importante para dedicarte a esta carrera:
“Es una carrera increíble que requiere de mucha disciplina y más cuando eres freelance, tienes que tener mucha paciencia y pues que mejor que sentir una pasión muy grande para poder seguir con una gran motivación”.
MANUEL ZUÑIGA
A Manuel lo conocí por medio de las famosas diseñadoras Julia y Renata. Originario de la Ciudad de México y radicado en Guadalajara, le gusta autodefinirse como «Pájaro barranqueño». Según sus palabras, es el único pájaro que es capaz de volar de barranca a barranca sin llegar a cansarse… Tímido en sus movimientos y con una mirada que delata lo observador que es, desde el primer momento que vi su trabajo me pareció un personaje con un talento increíble para captar, de manera muy diferente, la belleza y la estética en general de la gente y las cosas que retrata.
«Estudié Ciencias de la Comunicación en ITESO -Guadalajara- y desde que tengo memoria he sentido una gran fascinación por cualquier objeto que guarde imágenes y documente momentos e historias. Gracias a mi abuelo, sus clases de cine mexicano y a todas las tardes frente al televisor viendo ‘Las Consagradas’, nació mi amor por la narrativa visual», comparte Manuel, quien califica a la fotografía como un medio para narrar historias y guardarlas para siempre.
El estilo de Manuel es muy caraterístico, cuando tú ves su trabajo puedes darte cuenta que la tristeza y la nostalgia son dos partes fundamentales en su entrega; además de este aire nostálgico de sus piezas, puedes notar una experimentación constante en su técnica siempre con un mismo sello.
Para él, la sensibilidad, curiosidad y persistencia son las tres cualidades principales para dedicarte a este oficio.
“El que está en esto es porque tiene mucho amor por lo visual; creo que lo principal para destacar es olvidar los tecnicismos y pensar que la cámara no hace al artista, si no el medio con el que se expresa”.
FERNANDO IVARRA
Fernando Ivarra nació en el desierto y la frontera con los Estados Unidos. Se considera a sí mismo como una persona nómada, pues ha vivido fuera de su casa desde los 17 años, casi siempre al norte del país. Cuando yo conocí a Fernando, lo que más me llamó la atención, además de lo simpático y buena persona que es, fue lo extramadamente joven que se presentaba y lo maduro que parecía su trabajo.
“Estudié Arte Digital y Business Innovation, en CEDIM. Para ese entonces ya tomaba retratos; fue algo que practiqué desde chico y se dio muy orgánicamente. Empezó siendo un hobby y hoy puedo vivir de ella; recuerdo que mi primer cámara la compré a los 14 años, mi primera reflex digital”, recordó.
Con proyectos en diversas publicaciones nacionales e internacionales, así como innumerables campañas, Fer considera que para dedicarse a la fotografía devs ser curioso, atento y empático, además de siempre prepararse para hacer cosas nuevas y mejores.
